lunes, 10 de diciembre de 2007

Legisladores buscan desproteger manglar

El 10 de diciembre del año pasado El Universal publicó una noticia sorprendente para buena parte de los que militamos en Alternativa Socialdemócrata: legisladores de diversos partidos -incluyendo a Marina Arvizu, coordinadora de los diputados federales de Alternativa Socialdemócrata- estaban impulsando reformas para flexibilizar las reformas a la Ley General de Vida Silvestre aprobadas tan sólo un año antes, y que fueron publicadas en febrero de 2007.

Ante la inexplicable incongruencia que representa que una legisladora socialdemócrata impulse iniciativas que atenten contra el desarrollo sustentable de México, Luciano Pascoe y Alberto Begné dedicaron sus columnas del 6 y 23 de enero, respectivamente, a fijar su posición en el tema.

A continuación podrás encontrar la noticia publicada por El Universal. Los artículos de Pascoe y Begné los puedes consultar, de forma respectiva, en "En defensa de los manglares" y en "Salvemos los manglares".



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CANCÚN, QR.— Legisladores del PRI, PAN y Alternativa Socialdemócrata están impulsando en el Congreso de la Unión, la contrarreforma al artículo 60 TER, que prohíbe dañar el flujo hidrológico de los manglares de México, para que los desarrollos turísticos queden exentos de acatar dicha disposición, contenida en la Ley General de Vida Silvestre, a cambio de resembrar este tipo de humedales en otras zonas.

El jueves pasado, la diputada Marina Arvizu, de Alternativa Social, presentó el anteproyecto de decreto que propone que los desarrollos turísticos queden excentos de la prohibición de dañar los manglares, siempre y cuando ejecuten medidas compensatorias para repoblar con manglar, previamente a las obras o actividades, zonas cercanas al proyecto a desarrollar, y en proporción al equivalente del doble de mangle destruido.

Dichas obras estarían supervisadas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), “no con la finalidad de resarcir posibles daños ecológicos, sino procurando que en zonas o regiones similares que sean susceptibles al entorno ambiental donde se pretende llevar a cabo la actividad, sea posible aplicar dichas medidas, las cuales necesariamente deben tener como finalidad la repoblación del mangle en una proporción del doble a la cual se pretenda impactar”, se lee en el citado anteproyecto.

El 1 de febrero pasado, 15 gobernadores de los estados costeros de México, encabezados por Félix González Canto, de Quintana Roo, pidieron al presidente Felipe Calderón vetar el decreto aprobado por las cámaras de Diputados y Senadores en diciembre de 2006, que añadió un artículo 60 TER a la Ley General de Vida Silvestre y un segundo párrafo al artículo 99 de la misma ley.

La petición se hizo mediante un desplegado que se publicó esa mañana en los principales diarios de circulación nacional y local, justo cuando aparecía también publicado en el Diario Oficial de la Federación, el decreto en cuestión, aprobando la adición del 60 TER.

De corto alcance

Dicho artículo indica en su primer párrafo que está prohibido remover, rellenar, transplantar, podar, o cualquier obra o actividad que afecte la integralidad del flujo hidrológico del manglar; del ecosistema y su zona de influencia, de su productividad natural; de la capacidad de carga natural del ecosistema para los proyectos turísticos; de las zonas de anidación, reproducción, refugio, alimentación y alevinaje (cría de peces de agua dulce); o bien, de las interacciones entre el manglar, los ríos, la duna, la zona marítima adyacente y los corales, o que provoque cambios en las características y servicios ecológicos.

Con la modificación propuesta por Arvizu Rivas se añadiría un tercer párrafo al artículo 60 TER, para quedar de esta forma: “Asimismo, se exceptúan de lo previsto en el primer párrafo aquellas obras que se realicen para el desarrollo de los proyectos turísticos que conjunta y previamente lleven a cabo medidas compensatorias, consistentes en la repoblación de mangle en zonas cercanas al proyecto que se promueve, en una proporción equivalente al doble del área que se impacta, las cuales serán supervisadas por la secretaría”.

Antes de esta iniciativa, se han presentado otras dos. La primera, el 4 de julio, cuando el senador del PRI, Mario López, mostró en la Comisión Permanente el proyecto de decreto para reformar dos párrafos del 60 TER.

El 29 de noviembre, el grupo del PAN en el Senado hizo lo propio y presentón también un proyecto de decreto para reformar ese artículo.

Nota publicada el 10 de diciembre de 2007 en El Universal.

Entradas relacionadas: "En defensa de los manglares" y "Salvemos los manglares".


jueves, 27 de septiembre de 2007

Respuestas a Itinerario Político de Ricardo Alemán

Frente a un artículo tan inexacto y tendencioso como el publicado por Ricardo Alemán en Itinerario Político el 24 de septiembre de 2007, y que fomenta la polarización y el encono dentro del partido, es obligación de los aludidos hacer aclaraciones muy puntuales, en buena medida porque recoge acusaciones que tanto Patricia Mercado como gente que le acompaña han hecho en diversas conversaciones y reuniones. Responder puntualmente a las imprecisiones de esta columna es contestar a esas acusaciones que de manera irresponsable y desinformada se han vertido en diferentes momentos.

Aunque en un principio decidimos no dar una respuesta pública al artículo de Alemán, sino fijar nuestra postura exclusivamente al interior del Partido, hoy creemos que vale la pena aclarar los siguientes puntos:

Cuando se habla de “arrebatarle” el partido a Patricia Mercado, el columnista asume -implícita y equivocadamente- que Alternativa Socialdemócrata pertenece a alguien, cuando en realidad siempre ha sido un espacio diverso y plural, integrado por grupos políticos de distinta índole, en el que si bien algunas figuras juegan un papel destacado, no caben las imposiciones autoritarias y personales.

Como la integración de los diversos órganos colegiados del partido ilustra, al interior de Alternativa Socialdemócrata no existe un grupo político que cuente con condiciones para que pueda “arrebatar” el control del partido. Por otro lado, Alternativa Socialdemócrata no recibe 300 millones de pesos al año. En 2007, al Partido le correspondieron por concepto de prerrogativas (actividades ordinarias y específicas), $140.7 millones. Con la reforma constitucional que suscribimos, ese monto disminuye en 2008 a 120 millones.

El conflicto interno estalló tiempo atrás y hace por lo menos dos meses que se ventila en los medios de comunicación. Este artículo es un eslabón más de la cadena de ataques y diatribas que personas del partido han vertido contra la dirección nacional y sus decisiones y, habría que decir que más que golpear a una persona como es su intención, como mayor desgracia maltratan a nuestro proyecto colectivo y lo ensucian frente a la sociedad.

Nos negamos a que este conflicto sea tratado como una pugna entre dos personas, cómo mucha gente ha intentado hacerlo. Consiste, en todo caso, en una diferencia de visiones. Por eso nos hemos rehusado sistemáticamente a una discusión entre Alberto Begné y Patricia Mercado, pues eso supondría reducirlo a un pleito personal, cuando lo que sucede es el conflicto entre una visión temática y marginal y otra más amplia, de construcción de un país de izquierda.

La política es la administración de las pasiones humanas. Lo reconocemos y lo asumimos. Sin embargo, no puede hablarse de traición, desviación ideológica y trapecismo político. La traición supone incondicionalidad y quienes formamos Alternativa Socialdemócrata somos ciudadanos libres, que hemos manifestado con claridad nuestras discrepancias de concepción y de pensamiento en torno al partido que queremos. No puede hablarse de traición cuando lo que queremos está en juego. Hay posturas políticas, a veces convergentes, a veces no.

No nos sorprendería que se reiteraran las exigencias públicas, en esta escalada en la que Patricia Mercado se ha caracterizado por utilizar a los medios de información y que, como dijimos anteriormente, más daña al proyecto que a las personas. Ojalá que esa no sea parte de la intención, una intención donde el partido sea de una sola forma o no sea.

Consecuente con sus principios, Alternativa Socialdemócrata ha manifestado su vocación por la transparencia. En nuestra página electrónica están disponibles los estados financieros, así como diversos documentos que dan cuenta de las actividades del Partido en distintos foros e instituciones. Por otro lado, afirmamos categóricamente que no hay algo así como una “purga”; nadie ha sido purgado ni expulsado del Partido. El único caso de suspensión que dictó la Comisión de Ética contra un Coordinador Estatal se dio como consecuencia de las denuncias de un grupo de mujeres afines a Patricia Mercado.

Esta no es una lucha por dinero, pero sí, sin lugar a dudas, hay un enfrentamiento político. No creemos en posiciones pseudorradicales, ni que tenemos toda y la única verdad, tampoco hacemos política predicando o sermoneando. Creemos que la realidad nacional nos obliga a tomar decisiones y riesgos para lograr la construcción de un país progresista y de izquierda.

Lo que tenemos en nuestras manos, Patricia Mercado, Alberto Begné y todas y todos los que conformamos Alternativa Socialdemócrata, no es solamente un registro, sino un proyecto político que tenemos que cuidar. Por ello nuestra decisión de no contribuir a la guerra mediática, de no poner más leña en la hoguera de las vanidades mediáticas que amenaza nuestro proyecto común. Creemos que aún es tiempo de construir un espacio de acuerdo, de convivencia, en el que quepamos todos.

Este conflicto no es un capítulo más de la guerra que vivió Alternativa el año pasado con el ala campesina liderada por Ignacio Irys, donde sí enfrentamos la forma más vieja y pestilente de hacer política y logramos resistir ante la intención de entregarle el esfuerzo de cientos de personas al Dr. Simi. Sin lugar a dudas, esa confrontación vulneró de manera importante la institucionalidad del partido y fue justamente esa debilidad la que nos llevó a construir un acuerdo estatutario y reglamentario, fundamental para transitar a la siguiente etapa en la construcción del Partido. Es desde ese acuerdo fundacional que manifestamos nuestro profundo desacuerdo con las últimas convocatorias, totalmente unilaterales, a las sesiones del Consejo Político Federado y de la Asamblea Federada. Pero las enmarcamos en un forcejeo por el control de la institucionalidad del partido.

La crónica que hace el columnista alrededor de las condiciones en que se asignó la presidencia del Partido demuestra la clara intención golpeadora de quien dictó estas líneas, pues Alberto Begné asumió ese cargo con anterioridad al conflicto con los campesinos. Begné era el presidente de Iniciativa XXI cuando Díaz Cuervo invitó a esta APN a incorporarse al proyecto socialdemócrata y cuando esta agrupación solicitó formalmente el registro de Alternativa como partido político nacional ante el IFE. Tanto Patricia Mercado como Díaz Cuervo tuvieron que persuadir a Begné para que aceptara ocupar esa posición ante la coyuntura que representaba el inicio del proceso electoral de 2005-2006.

La candidez de Patricia Mercado radica en que no procesó al interior del partido la llegada a la presidencia por Alberto Begné, quien enfrentó profundas -y legitimas- resistencias entre socialdemócratas, feministas y campesinos.

Patricia Mercado fue la vocera de todo el trabajo y el esfuerzo que cristalizaron el refrendo del registro en el 2006, del trabajo colectivo en los frentes jurídico, financiero y operativo; ese resultado no puede entenderse sin Patricia Mercado, pero tampoco sin los que integramos Alternativa Socialdemócrata. Las señales de que hay una sola persona responsable de nuestros éxitos, que todo lo debemos en exclusiva a un esfuerzo, marginando a mujeres y hombres de todos los lugares del país, es lamentable y refleja una visión que explica las tentaciones patrimonialistas alrededor del proyecto político.

Es falso que haya habido alineamiento con el gobierno de Felipe Calderón; lo que hubo fue un acuerdo interno para reconocer la legitimidad de su investidura. Nunca se vislumbró una alianza con el PAN en Yucatán y en cambio sí se usaron de manera facciosa las reuniones políticas con diversos personajes, como si fueran confirmaciones de acuerdos que nunca existieron.

En el caso específico de la alianza con el PRI en Veracruz, hay que decir que fue solicitada por Beatriz Paredes y que la discusión en torno a ella cruzó por al menos tres circunstancias: la situación del partido en ese estado, el golpeteo de Tomás González Corro y Eduardo de la Torre, y la exploración de un acuerdo con el PRD. La oferta de Beatriz Paredes cumplía con las condiciones estratégicas que buscaba el partido y la decisión obtuvo mayoría en el Comité Ejecutivo Federado.

Hemos manifestado reiteradamente la disposición para revisar los resultados de esta alianza y a debatir esta estrategia, en un marco de respeto y civilidad y no de hogueras políticas.

Menciona Ricardo Alemán alianzas con el PRI de Manlio Fabio Beltrones y el PRD de Jesús Ortega, de las que habríamos de preguntar a qué se refiere, qué alianzas son esas. No obstante, estamos convencidos de que la búsqueda de acuerdos con otras fuerzas políticas es parte integral de la labor política. Pensar que en el dialogo y la construcción de agendas comunes hay una claudicación a nuestros principios o ideales es un error; pero más nítidamente es parte de la histórica cobardía de alguna socialdemocracia mexicana para asumir los riesgos y retos de ser gobierno. No se explica que la ciudad de México tenga legislación sobre el aborto y las sociedades de convivencia sin la discusión y acuerdo con otras fuerzas. Hoy, temas fundacionales del partido son una política pública en parte por ese esfuerzo.

“Pero no fue todo, inició una purga de los liderazgos afines a Patricia Mercado”, sostiene el texto. De esos liderazgos valdría la pena saber cuáles son, sus nombres y apellidos, sin duda quien dictó estas líneas tendrá que aclarar. No hay, ni ha habido, ni habrá purgas vinculadas con posturas políticas. Esa es una más de las mentiras que circulan, felizmente, los que quieren que este proyecto se destruya.

Sobre la negativa a firmar un acuerdo de transparencia hay que decir que tampoco tiene un ápice de verdad. En la Representación ante el IFE se continúa trabajando, en colaboración con el Comité de Transparencia del Instituto y su presidente, el Consejero Andrés Albo, para la firma de un convenio de colaboración antes de que concluya el año. Ese proceso lo inició Convergencia con antelación y por ello suscribió dicho convenio a mediados de este mes de septiembre. Nuestro partido es el siguiente y estamos ajustando el convenio para darle mayor trascendencia y contenido, actuando de manera paralela con nuestra Secretaría de Administración y Finanzas, la Coordinación Jurídica, la Presidencia y la Vicepresidencia. Pronto se hará extensivo al resto del partido.

Por último, negamos categóricamente la existencia de un acuerdo con el Cisen y rechazamos el uso de esas acusaciones tan graves e irresponsables, de las que habría que pedir cuentas a quienes las sostienen. Como siempre, en nuestro partido lanzamos acusaciones gravísimas sin sustento alguno, sin mínima responsabilidad.

La preocupación sobre el comportamiento fundamentalista y radical de Patricia Mercado que algunos hemos manifestado, estriba en que ha permitido que se instale la idea de que no puede haber coexistencia entre los que fundamos, constituimos e integramos Alternativa Socialdemócrata. El discurso hoy día es que ya no cabemos todas y todos. Que unos se tendrán que ir o el partido se perderá.

Esa visión no puede ser catalogada de otra cosa que no sea fundamentalismo. Patricia Mercado ha asegurado que hay una incompatibilidad insondable entre los que hemos sido calificados y adjetivados y los que sí entienden y conocen el proyecto original. Esta es una falacia que han construido los fundamentalistas que la rodean. Por supuesto que de continuar las calumnias, la guerra mediática, la irresponsabilidad institucional, la ruptura de acuerdos y la ceguera jurídica, tendremos una crisis política en lugar de una contienda interna constructiva.

Reiteramos nuestras propuestas para arribar a un acuerdo político, en la idea de que la competencia y los incentivos deben ponerse afuera del partido, en los votantes, y no adentro, en las estructuras más arcaicas y corporativas del poder.

Convocamos a mujeres y hombres de Alternativa Socialdemócrata a ponerle un alto a la retórica, el fundamentalismo, las visiones maniqueas y que aquilatemos el valor de nuestro proyecto, la importancia de nuestras luchas. No sigamos permitiendo que nuestras posibilidades de incidir en la consolidación de un mejor país se desvanezcan por nuestras incapacidades.

Construyamos diálogos constructivos, criticas respetuosas, acuerdos sólidos, coloquemos las cosas importantes por delante y dejemos nuestras pasiones, que se sienten urgentes, para después.

No tenemos mucho tiempo.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Artículo de Ricardo Alemán - Alternativa: la traición

Alberto Begné busca arrebatarle a Patricia Mercado un partido político que se cotiza en 300 millones de pesos anuales

De un momento a otro estallará de manera pública la mayor crisis que haya conocido el partido Alternativa Socialdemócrata, esa minúscula fuerza política que a pesar de su carácter marginal —y a la luz de la nueva legislación electoral— podría ser uno de los últimos partidos con registro en las décadas por venir.

Fundado hace pocos años a partir de una poco convencional identidad de intereses que ligó a sectores feministas, expresiones cercanas a la socialdemocracia y grupos campesinos, el Partido Alternativa enfrenta ahora —luego de un reciente choque que dejó fuera al ala campesina que presidía Ignacio Iris— a sus dos principales liderazgos: la ex candidata presidencial, Patricia Mercado, y al presidente del partido, Alberto Begné.

El origen del enfrentamiento entre Mercado y Begné tiene la misma genética que caracteriza a todos los partidos mexicanos y a la política en general.

La traición, ambiciones desmedidas de poder, trapecismo político y desviaciones ideológicas y, por si fuera poco, el infaltable complemento de los manejos turbios de las jugosas prerrogativas que salen de la tributación de todos los mexicanos. Por eso resulta previsible que en las próximas horas —si no es que hoy mismo— la ex candidata presidencial Patricia Mercado haga público un reclamo para que la dirigencia de Alternativa informe de manera transparente el manejo de los dineros públicos que recibe.

Pero esa, la de la transparencia en el uso y administración de las prerrogativas, es sólo una cara —acaso la más llamativa— de una virtual guerra política que se vive en el interior de ese pequeño partido, donde el dirigente actual, Alberto Begné, ha iniciado una suerte de “purga” de liderazgos afines a Patricia Mercado, con la presunta intención de arrebatarle a su fundadora un partido político que —en ese grosero mercado de valores del campo político electoral mexicano— se cotiza en por ahí de los 300 millones de pesos anuales. Lucha de poder político y… de dinero.

Poca cosa si se le compara con los miles de millones de pesos en que se cotizan los tres grandes —PAN, PRD y PRI—, pero cantidad que bien vale una guerra de traiciones, ambiciones desmedidas y opacidad en el gasto. Pero acaso lo más interesante de esa batalla es que tanto Patricia Mercado como Alberto Begné saben que tienen en sus manos uno de los últimos partidos políticos que pudieran mantener su registro frente a la nueva legislación electoral, con la ventaja de un futuro insospechado, ya que la tendencia de centro-izquierda de la socialdemocracia mexicana parece llamada a mejores espacios políticos en los años por venir.

En el fondo, la crisis que vive Alternativa no es otra cosa que un nuevo capítulo de la guerra que vivió ese partido desde su fundación y que entonces convirtió en aliados a Patricia Mercado y Alberto Begné, contra los afanes de control que pretendía el líder campesino, Ignacio Iris —corriente política a la que en realidad sólo usaron para engordar las asambleas que validaron frente a la autoridad electoral la presencia nacional del partido— al que terminaron por derrotar.

Así, una vez alcanzado su registro como partido político, y frente a la elección presidencial de julio de 2006 —que serviría para ratificar su presencia electoral y la confirmación de su registro— Patricia Mercado, que fue el motor fundacional y la primera dirigente del partido, se propuso ser la candidata presidencial de Alternativa, con el argumento de que sería más viable ratificar el registro del partido con una candidatura propia que por la vía de la alianza. Pero había un pequeño inconveniente: que el candidato al más importante puesto de elección popular no podía ser, al mismo tiempo, el presidente del partido.

Debía encomendar la dirigencia del partido a uno de sus leales —no necesariamente a uno de su propio grupo— y decidió que el candidato idóneo sería Alberto Begné, con quien se había aliado para combatir al ala campesina de Ignacio Iris.

De manera cándida, y como si no hubiese consultado a nadie sobre la hoja de servicios del señor Begné, la señora Mercado entregó el partido y los espacios de poder interno más importantes —incluidas las finanzas y un instrumento preciado y equilibrador como la cartera de ética— para caminar por el país en busca del voto de un sector de la llamada izquierda mexicana, en la elección federal de julio de 2006.

A pocos les importó un partido marginal como Alternativa y menos una candidata como Patricia Mercado. Pero luego del 2 de julio, de las guerras entre PAN y PRD, y del estrecho margen de votos que le valió el triunfo a Felipe Calderón sobre Andrés Manuel López Obrador, algunos se dieron cuenta del error que habían cometido, y del valor de un partido marginal como Alternativa, que no sólo ratificó su registro, sino que se metió al Congreso y sembró en importantes regiones del país la semilla de la socialdemocracia. Bueno, no faltaron quienes acusaron a Patricia Mercado de “traición” por negarse a una alianza con el PRD, por creer en un proyecto propio y pensar con cabeza propia. Sí, es probable que con los votos de Alternativa, otro sería el huésped de Los Pinos.

Luego se gestó el segundo capítulo de la crisis de Alternativa. El señor Alberto Begné pretendió alinearse al naciente gobierno de Calderón —mientras la señora Mercado reclamaba la independencia del partido— y hasta propuso una alianza con el PAN en Yucatán. Luego Alberto Begné se alió con el PRI de Fidel Herrera, intentona de la cual salió severamente cuestionado. Más adelante estableció alianzas con el PRI de Manlio Fabio Beltrones y con el PRD de Jesús Ortega. Pero no fue todo, inició una purga de los liderazgos afines a Patricia Mercado, se negó a establecer un acuerdo de “transparencia con el IFE” —mediante un engaño deliberado al resto de los dirigentes del partido— y por último, recientemente, habría establecido acuerdos con el Cisen, para que “vigilaran” a Patricia Mercado. ¿Por qué?

Bajo el argumento falaz de que la “fundamentalista” Patricia Mercado se alió a lo más radical del PRD. Señalamiento falso, ya que la señora Mercado se negó a ser parte del Frente Amplio Progresista. La crisis de Alternativa apenas empieza, y puede terminar mal. Al tiempo.

Publicado el 24 de septiembre de 2007 en El Universal.