Comunicado de la Nueva Mayoría
Ante la cantidad de información y múltiples versiones de lo sucedido al interior de nuestro Partido, desde la Asamblea del Distrito Federal a la fecha; y frente a las medias verdades y flamígeros señalamientos que Patricia Mercado y su grupo han proferido tras su derrota en la búsqueda de la dirección del Partido, quienes formamos parte de la Nueva Mayoría en el Partido Socialdemócrata nos pronunciamos en torno a los siguientes puntos:
1. Le exigimos a la Dirección Nacional que demande a la Comisión Nacional Autónoma de Conciliación y Justicia Partidaria una investigación que vaya a fondo sobre los hechos ocurridos en las asambleas estatales de Guerrero, Tlaxcala y el Distrito Federal. Estas investigaciones habrán de ser exhaustivas, requiriendo entrevistas de todas las personas involucradas, contemplando todos los testimonios (audios, videos y acta notarial).
2. Este conjunto de visiones en torno a lo acontecido a la Asamblea del DF no genera más que confusión, por lo que una instancia partidaria autónoma es el espacio más adecuado para dirimir conflictos y deslindar responsabilidades, capaz de dar un fallo sustentado en hechos, y que garantice que las y los militantes que hayan atentado contra la integridad de personas y el Partido sean llamados a rendir testimoniales y narrar hechos. Queremos que cada una de las personas que estuvo ahí, cada video, cada audio, se sume en la construcción de los hechos. Con ello podremos terminar con las infames y recurrentes historias a medias que se lanzan al público para construir la victimización de ese grupo político.
3. Le exigimos a la Comisión Nacional Autónoma de Conciliación y Justicia Partidaria, busque arrojar transparencia y certeza sobre lo ocurrido. No le tememos a la verdad, reprobamos a quienes dicen tenerla y mienten para avanzar en su agenda.
4. Que en Nueva Mayoría rechazamos cualquier forma de violencia. El grupo encabezado por Patricia Mercado ha pretendido sembrar la idea de que la violencia en la Asamblea del Distrito Federal fue iniciada por porros. Nada hay más falso, pues de la simple lectura del acta notarial (Acta 24,938, Libro 721 del Notario Público 188, Luis Eduardo Zuno Chavira) queda nítidamente asentado que Miguel Ángel Conde Rodríguez, hermano de la Dip. Elsa Guadalupe Conde y afín a Patricia Mercado, “siendo las quince horas con diecisiete minutos […] toma la mesa de Presidium y la arroja al piso” (Foja 53). Toda la historia de la gente cercana a Mercado evade discutir el origen de esta lamentable situación: la violencia ante la derrota política. Las y los emplazamos: que digan quién y cómo inició la violencia ese día.
5. La idea de que quienes integramos Nueva Mayoría somos responsables de manchar el proceso de renovación de Órganos de Dirección es absurda. Basta entender la lógica de procesos electivos por etapas para saber que al momento en que Miguel Ángel Conde llamó a la toma de la Mesa Directiva de la Asamblea del Distrito Federal, la Nueva Mayoría contaba ya con 233 de 345 posibles representantes a la Asamblea Nacional, es decir, el 68%. A nadie convenía el golpe al proceso más que a Mercado y su equipo. A nosotros no; no estaba en nuestra ruta ni por convicción democrática, ni por pragmatismo político. Violentar el último momento de todo un largo proceso de meses de trabajo, sólo puede tener sentido para quienes perdieron todo y se niegan a reconocerlo y aceptarlo.
La más contundente prueba de lo anterior es que a la Asamblea Nacional, celebrada el pasado 30 de marzo, asistieron 286 de 345 representantes totales, a pesar del autoritario llamado de Mercado a su militancia para no asistir a la misma.
Que quede claro: al momento en que las personas afines a Patricia Mercado tomaron violentamente la mesa directiva, únicamente quedaba pendiente la elección de 29 representantes a la Asamblea Nacional, 27 electos por la asamblea del D.F., además de la presidencia y vicepresidencia estatales; para entonces, la Nueva Mayoría ya representaba una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
Esto echa por tierra las diversas declaraciones que tramposamente ha vertido Mercado a los medios en el sentido de que la Asamblea del Distrito Federal “definía la dirigencia del partido”; argumento que ha utilizado en la antidemocrática pretensión de presionar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que falle en su favor en los recursos que aún quedan pendientes.
6. Que asumimos plenamente el compromiso con la transparencia, haciendo públicos todos los archivos de audio y video con los que contamos, que fueron exhibidos y presentados el día posterior al conflicto. Nuestra certeza de que no iniciamos ningún tipo de violencia es plena. Ponemos en duda la misma pretensión de los archivos que las personas afines a Patricia Mercado han publicado, pues ante la suciedad iniciada por ellos y ellas, es claro que no pueden hacerse responsables de sacar a la luz un solo video o audio que refleje el inicio de la violencia. Ningún video que señale a Conde Rodríguez como el iniciador de la violencia. Videos a modo, historias a modo.
7. Que quienes conforman el proyecto alrededor de Patricia Mercado se han proclamado como los únicos capaces de hacer política diferente, pero no le han dado sustento a sus argumentos, sino que se han dedicado a difamar y a emitir acusaciones sin pruebas, a descalificar de antemano a sus adversarios, a discriminar de origen a quienes integramos el hoy Partido Socialdemócrata; a rechazar cualquier noción ajena al culto en torno a Patricia Mercado, denostando a quienes buscamos la consolidación de un proyecto para un México socialdemócrata por medio de la construcción colectiva. Reprobamos esos métodos y hacemos un llamado para que detengan sus acusaciones sin sustento, o, en todo caso que prueben sus dichos. Todo lo demás es política tradicional.
8. Que tras ver el pernicioso desenvolvimiento mediático que Patricia Mercado ha impulsado en torno a nuestro conflicto interno con base en mentiras y medias verdades, pondremos nuestro mejor empeño en mejorar la comunicación del trasfondo real del mismo. En ese sentido, pondremos la mayor atención respecto de las alianzas que para destruir el proyecto socialdemócrata mexicano ha tejido Mercado. Ello porque resulta sumamente sospechoso que nuestro proceso interno, aún con toda la tensión acumulada en su transcurso, haya concluido de una manera tan violenta. No es de descartarse una probable participación de poderes fácticos, vinculados a una derecha conservadora, que veían en la dirigencia de Patricia Mercado la posibilidad de mantener la agenda socialdemócrata en la marginalidad y la unidimensionalidad política, y que ante su derrota han derrochado esfuerzos para mermar y destruir el proyecto. No podemos más que sospechar que poco a poco se irá desenmascarando una red de relaciones que acercan a Mercado a grupos de interés que necesitan que la izquierda moderna no avance, que se mantenga limitada y que no despunte frente a la evidente crisis que otras izquierdas viven hoy día.
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